Ahora que el vino está decantando, sin injerencia alguna, en la bodega; volvemos a las tareas de campo.
Primeramente, hemos quitado las redes que protegían los racimos de la voracidad de los pájaros y al hacerlo nos aparece el colorido otoñal, especialmente del syrah que también en esto se distingue.
Entre sus pámpanas rojizas descubrimos los carpones, las racimas o los gansos, según denominaciones de diferentes tierras.
Son los frutos que en la vendimia no quisimos recoger, ahora estos pequeños grumos ofrecen un bocado delicioso que se agradece para saciar la sed en medio de la faena.
Son perlas de syrah, brillantes y sabrosas.
Entre sus pámpanas rojizas descubrimos los carpones, las racimas o los gansos, según denominaciones de diferentes tierras.
Son los frutos que en la vendimia no quisimos recoger, ahora estos pequeños grumos ofrecen un bocado delicioso que se agradece para saciar la sed en medio de la faena.
Son perlas de syrah, brillantes y sabrosas.