El cantero que realizara este relieve en la Alta Edad Media para la Abadía de San Ántimo -cerca de Montalcino- bien conocía la relación que existe entre uvas y aves, y magníficamente la plasmó en al alfiz de la puerta hacia el refectorio.
Entrado agosto, cuando las uvas comienzan a madurar se recupera esta vieja relación, da igual la Toscana o el Valle del Tajuña, el siglo IX o el XXI, es un invariante que supera tiempo y espacio.
Ambos pájaros son astutos, atrevidos e insistentes sobre todo si el medio no les ofrece riqueza y abundancia; y como se aprecia el campo está agostándose y cada vez hay menos alimento, por lo que las aves recuperan viejos hábitos y hay que ver lo que fastidia.
Esta es la razón de enfundar la viña que , consecuentemente, toma este aspecto.
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