A pesar de la fría primavera que se nos abre, las yemas ya no pueden aguantar más y se muestran en el desborre, anuncio de la nueva cosecha.
Con los perales abiertos a plena flor, podíamos señalar un retraso de quince o veinte días en la floración.
En cuanto a las lluvias se va recuperando su cuantía, hasta llegar a valores, al menos imprescindibles, aunque todavía podrían incrementarse y seguir siendo benéficas. Al menos en esta tierra.