El vino está acabado, aunque todavía queda mucha elaboración. Ya vamos sabiendo lo que hemos conseguido.

No usamos bomba, todo lo hacemos por gravedad y al verter de un recipiente a otro la espuma surge espectacular y con ella los aromas del vino nuevo.
Los colores se afianzan, el syrah hacia picota madura, el tempranillo resulta más opaco por sus violaceos, mientras que el cabernet presenta un rojo bermejo brillante.
Es pronto aún, pero al catarlos vamos encontrando sus diferencias y matices.
Tenemos nueve vinificaciones diferentes, que posiblemente concluyan en menos vinos. En la imagen los tres tintos, además hay cuatro blancos y otros
dos rosados experimentales.
Aunque, reconozcamos que para nosotros todos son experimentales.
Si este artículo no lo lees en http://jgarc16.blogspot.com.es/ te pierdes otros contenidos que existen en el blog.

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