El resultado es el que se aprecia.
De izquierda a derecha, airén 50/50 (mitad viña vieja en secano, mitad nuevo plantel en vega), airén (maceración carbónica), malvasía y airén natural.
Todos ellos fermentados con el hollejo, es decir la madre ha permanecido toda la fermentación en contacto con el mosto. Nuestra intención este año era conseguir mayor coloración y sabores más anchos.
El airén 50/50 tiene un color intenso debido a la mayor coloración de la uva de la vega, creemos que subirá aún más su coloración. Su sabor actual es rico en matices carnosos.
El maceración carbónica nos ha sorprendido su olor fuertemente vegetal y extraordinario brillo. Su sabor diferente a los otros airenes, atreviéndonos lo calificaríamos como afrutado y cálido aunque al final sale la astringencia del raspón.
El malvasía como siempre, gran acidez por tartárico, y mayor amplitud de sabor, apunta a gran vino. Es el menos limpio en la actualidad por presencia de cristales de tartárico.
Y finalmente, el airén natural, fermentado con levadura autóctona y nada de metabisulfito. Su sabor es más herbáceo recuerda al de maceración aunque nada astringente.
Aquí falta el moscatel que ya hemos probado y que es una bomba, mucha acidez por el terreno, mucho alcohol por madurez y aromas inconfundibles.
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