Ha pasado abril con temperaturas variables y 28 litros por metro cuadro de lluvia. Al final del mes, con la luna llena, tuvimos un pequeño susto por amenaza de helada. No obstante, pasada esa incidencia la viña ofrece este aspecto.
Ahora comienza la limpieza de la viña, quitando las plantas, que en estas entradas mostramos, para ello, no se utilizan herbicidas de ningún tipo, solo el trabajo manual con azadón, o mecánico con arado. De esta manera la próxima primavera volveremos a tenerlas.
Ahora comienza la limpieza de la viña, quitando las plantas, que en estas entradas mostramos, para ello, no se utilizan herbicidas de ningún tipo, solo el trabajo manual con azadón, o mecánico con arado. De esta manera la próxima primavera volveremos a tenerlas.
En estos momentos, la viña se llena de pequeñas flores, muchas de ellas diminutas, como las de la pamplina. Es una planta de aspecto delicado y se desarrolla pegada al suelo, floreciendo en cinco pétalos dobles de color blanco y tamaño de cinco milímetros, aproximadamente. Su nombre científico es stellaria media.
Simultánea con la anterior es la amapola, denominada científicamente papaver rhoeas.
Es esta una flor sobradamente recogida en la pintura, y como curiosidad es utilizada como elemento de honor en la conmemoración del hecho ya centenario, de la Gran Guerra (WW1).
Termino esta segunda entrega de plantas silvestres en la viña, con la sangre de Cristo, cuyo nombre científico es fumaria officinalis. Planta muy delicada, suave al tacto y flores violáceas y en racimo. La literatura sobre ella es variada y evocadora de recuerdos y misterios.
En próximas entradas seguiremos, presentando más plantas silvestres, conforme vayan naciendo en cada momento.