San Isidro es el patrón de los labradores.
Se celebra cada 15 de mayo con una comida en el campo, entre amigos.
Es una suerte de rito sincrético en el que se bendicen los campos, o tal vez sean éstos los que nos dan su bendición.
Sea como fuere, se acude con los amigos a campo abierto, se come, se bebe y se celebra la definitiva llegada de la primavera. La temperatura ya ha subido y es difícil la helada, por tanto, es el momento del inicio de las tareas agrícolas que culminarán en el verano.
Para cumplir el rito, acudimos Segundo, Paco, Emilio, Carmina, Alvarita, Antonia, mi Antonia y yo mismo.
Sobre la mesa todos nuestros vinos. Aunque, todos los habíamos catado ya, ésta ocasión se prestaba para ser su bautismo público, y vaya que hubo agua en el bautizo, nos llovió sin piedad.
A pesar de ello, comimos, bebimos y nos reímos de la situación.
Ya se sabe al mal tiempo buena cara, y pensar que estas lluvias no serán malas para las viñas.