La viña no deja de darme sorpresas, bien es cierto que eso solo le pasa a los principiantes.
Estamos
en plena floración y para no perder la costumbre fui a ver como iva la
viña; me sorprendió un intenso olor, era sin duda la flor de la vid.No
sabía que la floración de la vid tuviera una fragancia tan
significativa.
Este olor es otra cosa, solo se puede sentir en la viña y en este momento -mediados de junio-.
Puesto
a analizar la situación, me percato que para llegar a la viña hay que
bordear una cebada que, además, se encuentra ya madura y, tal vez, con
el olor a mies granada se reforzara el de la viña.
Si utilizáramos el Prisma de Hennig para
calificar el olor, la mies de cebada presenta un olor seco y tostado y
la flor de la vid se situa entre lo fragante y etero, pero más cercano
al primero, justo en posición opuesta al de la mies.
Cuestión siempre complicada la clasificación de los olores.
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Si utilizáramos el Prisma de Hennig para
calificar el olor, la mies de cebada presenta un olor seco y tostado y
la flor de la vid se situa entre lo fragante y etero, pero más cercano
al primero, justo en posición opuesta al de la mies.Cuestión siempre complicada la clasificación de los olores.